¿Te apuntas a los beneficios de la dieta mediterránea?

Y ya estamos en primavera!!
Los días tienen más horas de luz, poco a poco, dejamos atrás los rigores del invierno, y todo ello invita a salir a la calle, a dejar colgadas las prendas de abrigo, y con gran decepción nos damos cuenta que hemos ganado algunos kilitos. Así que tenemos que empezar rápidamente una dieta saludable y ponernos a caminar.
Y sin embargo, es tan fácil como seguir con rigor la Dieta Mediterránea. La Dieta Mediterránea es un estilo de vida, no solo un patrón alimentario que combina ingredientes frescos de la agricultura local, las recetas y formas de cocinar propias de cada lugar, las comidas compartidas, celebraciones y tradiciones, que unido a la práctica de ejercicio físico moderado pero diario favorecido por un clima benigno completan este estilo de vida. No hay duda que en los pueblos de la zona mediterránea, cuando hablamos de su dieta, a la trilogía trigo, vid y olivo, incorporamos legumbres, verduras, frutas, pescado, quesos y frutos secos, pero el condimento esencial, quizá el ingrediente básico es la sociabilidad.
Expertos en nutrición de la Organización Mundial de la Salud aconsejan consumir los alimentos y la frecuencia de consumo para un adulto sano de la pirámide alimenticia. Estas son sus principales características:
1. Tener en la dieta abundancia de alimentos de origen vegetal, frutas, verduras, pan pasta, arroz cereales, legumbres y patatas.
2. Consumir alimentos de temporada en su estado natural y a poder ser locales, escogiendo siempre los más frescos.
3. Utilizar el aceite de oliva como grasa principal, tanto para freír como para aderezar.
4. Consumir diariamente una cantidad moderada de queso y yogur.
5. Consumir semanalmente una cantidad moderada de pescado, preferentemente azul, aves y huevos.
6. Consumir frutos secos, miel y aceitunas con moderación.
7. La carne roja algunas veces al mes.
8. Consumir vino con moderación normalmente durante las comidas y preferentemente tinto.
9. Utilizar las hierbas aromáticas como una alternativa saludable a la sal.
10. Realizar alguna actividad física regular para hacer trabajar el corazón y mantener en forma nuestras articulaciones y nuestro tono físico.
Además la práctica de la dieta mediterránea contribuye a prevenir algunas enfermedades. La dieta mediterránea suplementada con frutos secos y aceite de oliva virgen extra reduce en un 30% el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Más carbohidratos, frutas y verduras. Los hidratos de carbono deben proporcionar el 50% del aporte energético total diario. Conviene que sean carbohidratos complejos (pastas, arroz, patata, pan y legumbres) y no simples (helados y bollería). Las frutas y verduras, ricos a su vez en fibra, nos aseguran las suficientes vitaminas y minerales y antioxidantes.
Las grasas o lípidos. Aportarán aproximadamente el 35% del aporte energético total. Se preferirán las grasas de origen vegetal, frutos secos, aceite de oliva) a las de origen animal. Una excepción es la de los pescados azules (caballa, atún, sardina...) porque es poliinsaturada y contribuye a prevenir problemas cardiovasculares.
Las proteínas, aportarán el 15% de la energía total. Las proteínas ayudan a regenerar el tejido del organismo. La proteína de origen animal (huevos, leche, carne y pescados) es más completa que la de origen vegetal (legumbres y cereales). Sin embargo, los vegetales debidamente combinados (por ejemplo lentejas con arroz) aportan una proteína de calidad similar a la animal, pero sin colesterol ni grasas saturadas. A todo esto hay que añadir los beneficios derivados de su riqueza en sustancias antioxidantes.
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